viernes, 3 de febrero de 2017

...¿Qué es esto del Mindfulness?

En este tiempo vertiginoso, cada día recibimos multiplicidad de conceptos, noticias, información y opiniones, cuyo significado nos es más o menos ajeno. Entre todo este universo, desde hace un tiempo viene resonando cada vez con más intensidad el concepto de “Mindfulness”. A estas alturas, la palabra ya no sorprende, pero… ¿qué significa en realidad? Y más aún, ¿cómo captar plenamente su significado?

Hay disponible en la actualidad mucha información conceptual sobre su origen, su base científica y, conforme pasa el tiempo, más evidencia experimental sobre sus efectos beneficiosos sobre la salud y el bienestar. Sin embargo, toda esta información es de naturaleza estrictamente conceptual, de forma que falla en aproximarnos a la dimensión experiencial de esta práctica. Como reza el proverbio: “Las palabras son el dedo que apunta a la luna, no la luna misma”. Por ello, cualquier definición de Mindfulness dejará fuera de sí su verdadera naturaleza.



Pero, con palabras entendemos las cosas y construimos nuestros pensamientos, así que por allí hemos de comenzar, sólo que teniendo muy claro que no es ése el final del camino, si no sólo su comienzo. La traducción más empleada en nuestro idioma es Atención Plena, entendida como la capacidad de calmar, de aquietar la mente para poder conectar con la realidad libres de interferencia. En este punto, es muy importante enfatizar que la Atención Plena no es un don que poseen unos pocos elegidos: todos nosotros recordamos con especial claridad uno o varios momentos en nuestra vida en los que estuvimos completamente presentes, sólo allí, momentos únicos, irrepetibles en los que nos resultaba inevitable abrirnos por completo a la experiencia de esos instantes. Esos momentos, vividos de forma espontánea con Atención Plena, quedan grabados en nuestra memoria, se conservan vívidos pese al paso del tiempo y destacan por siempre entre el conjunto de nuestros recuerdos… Constituyen por ello, la prueba de que esta capacidad de estar plenamente presentes en un momento es un bien común de todos los seres humanos.



Y esta capacidad, como toda capacidad humana, puede ser cultivada y desarrollada con un conjunto adecuado de prácticas. Esta es otra dimensión muy importante del concepto de Mindfulness: el conjunto de prácticas que tienen como finalidad desarrollar la capacidad innata que todos tenemos de calmar nuestra mente, para poder entonces ver la realidad con más claridad y reaccionar a los desafíos de nuestro medio vital con libertad y ecuanimidad. Y esta dimensión es la que va más allá del dominio de las palabras, ya que todas las técnicas son sólo herramientas, y como tales, carecen de utilidad si no somos capaces de manejarlas. A través de la práctica, las herramientas se transforman en el puente entre la dimensión conceptual y la realidad viva del Mindfulness, que se convierte así en un estado de NUESTRA mente y de NUESTRO espíritu, es decir, lo hacemos propio. Lo más bonito de todo esto es que tampoco es éste el final del camino, antes bien, es el comienzo de una nueva senda, la de nuestra vida vivida con atención plena, construida y disfrutada con plenitud instante a instante en el presente, AQUÍ Y AHORA.



En síntesis, la propuesta del Mindfulness, y su gran contribución a nuestro crecimiento y bienestar es poner a nuestra disposición un versátil juego de herramientas que, a través de la práctica comprometida y constante, nos permitan aprender a observar la dinámica de nuestra mente y no ser arrastrados por ella para, eventualmente, conseguir aquietar de forma gradual esta dinámica y ser capaces de ver con claridad toda nuestra experiencia. Si aprendemos a ver nuestro dolor de una forma consciente, seremos capaces de eliminar el sufrimiento innecesario; si aprendemos a relacionarnos con nuestros apegos de forma ecuánime, no seremos arrastrados por ellos: pase lo que pase en tu mente, aprende a observarlo con ecuanimidad, aceptarlo con compasión y recibirlo con verdadero amor, esta claridad en la visión de nuestras experiencias será el motor auténtico de todo cambio.

Tal vez, la mejor síntesis de la práctica y el proceso del Mindfulness nos llegue a través de las inspiradas palabras del gran poeta Rumi:

No gires la cabeza, 
mantén tu mirada en el lugar vendado,
es el lugar por donde la luz entra en ti.

Vicente Calamardo Martín (ver Bio)

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Namasté,
Ana&Marcelo

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